LAURA GARCÉS para laspronvicias.es
Las religiosas de clausura de l’Olleria ceden parte del huerto del convento a estudiantes para realizar prácticas
Siete religiosas forman la comunidad que habita el monasterio de los Santos Patronos de Europa en l’Olleria. Son hermanas Servidoras del Señor y de la Virgen de Matará. Llegaron a la localidad de la Vall d’Albaida hace tres años y pese al poco tiempo transcurrido ya son parte de la vida de la localidad. Lo son hasta donde su condición de monjas de clausura lo permite.
Buena muestra de ello es la iniciativa que han protagonizado a lo largo del último curso. Parte del huerto del convento donde residen ha sido el escenario escogido por el instituto de la localidad para las prácticas de los estudiantes de jardinería. La superiora de la comunidad, la madre María Dolorosa, relata la experiencia que ha permitido mostrar a la sociedad que «nuestra vida está al servicio de los demás y no solo con la oración, sino que puede ser de utilidad al pueblo».
Los estudiantes de jardinería necesitaban un espacio para realizar las prácticas. En la búsqueda del lugar idóneo surgieron varios espacios candidatos. Finalmente el huerto del convento fue el escogido.
Cumplidos los requisitos para que la actividad fuera posible y respetando las condiciones de la vida en clausura, tal como cuenta la superiora, llegado el momento comenzaron las clases. «Los alumnos venían dos veces por semana».
Allí seguían las enseñanzas de sus profesores con las que aprendieron a arar la tierra, retirar la maleza o hacer surcos, entre otras tareas propias del cuidado de un jardín o una huerta. A las nociones básicas del trabajo del campo siguieron lecciones que les permitieron plantar hortalizas, plantas aromáticas y también flores.
Al terminar el curso las religiosas compartieron un rato de charla con los estudiantes. La conversación sirvió para que las monjas dieran a conocer su forma de vida. Respondieron a las preguntas de los alumnos, que mostraban que «algunos nunca habían visto un convento, era la primera vez que hablaban con monjas; otros sí que se habían encontrado con esta realidad». Se interesaron por cuestiones como el significado de la reja o por qué visten hábito.
La superiora se muestra satisfecha con el resultado de la experiencia. Ha permitido a la comunidad religiosa trasladar a la sociedad que «nuestra vida tiene un sentido» y, además la iniciativa ha supuesto un innovador método de evangelización. La superiora insiste en que dada su vida de clausura no podían coincidir unos y otros, pero considera positivo que los estudiantes se hayan acostumbrado a verlas mientras ellas llevaban a cabo su labor en el monasterio.
Las religiosas de l’Olleria pertenecen a la rama femenina de vida contemplativa de la familia religiosa del Verbo Encarnado, constituida en 1984 por el sacerdote argentino Carlos Buela. Pronto tiene previsto «abrir un noviciado femenino en España», explica la superiora.





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