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El arzobispo de Valencia, monseñor Carlos Osoro presidirá mañana, sábado, en la localidad valenciana de L´Ollería en las fiestas patronales en honor de la Virgen de Loreto, una misa a las 12 horas en la parroquia de Santa María Magdalena, -declarada Bien de Interés Cultural-.

La eucaristía será concelebrada por el párroco, Emilio Esteve Tomás, así como por un grupo de sacerdotes hijos del pueblo, integrantes del equipo arciprestal y sacerdotes relacionados con L´Olleria.

Por la tarde, el Arzobispo visitará, en la misma localidad, a la comunidad de religiosas de clausura del Instituto de Servidoras del Señor y de la Virgen María de Matará que regentan el monasterio de San José y Santa Ana.

Las celebraciones continuarán el domingo en honor del Santísimo Cristo de la Palma y de San Miguel, y el lunes, festividad dedicada al Ecce Homo, concluirá con una procesión en honor de los tres patronos de la localidad, el Ecce Homo, el Santísimo Cristo de la Palma y Nuestra Señora de Loreto.

La imagen de Nuestra Señora de Loreto que presidirá las celebraciones, y que el resto del año se venera en el Santuario de la Virgen de Loreto, de L´Olleria, es una de las ‘Mare de Déu’ más antiguas que se conservan en la diócesis. Se trata de una talla medieval realizada en madera policromada y también está declarada Bien de Interés Cultural.

Por su parte, la congregación de religiosas Servidoras del Señor llegaron a finales del mes de mayo del 2011 al monasterio de San José y Santa Ana, sustituyendo de este modo a las hermanas Agustinas Descalzas, instaladas en el convento desde hace cuatrocientos años hasta el año 2009.

La comunidad de l’Olleria está formada por cinco religiosas naturales de Argentina y una de Honduras, y según ha informado el párroco Emilio Esteve, “estamos a la espera de que se incorporen otras dos jóvenes procedentes de Argentina, una vez se termine de normalizar su residencia”. El instituto ‘Servidoras del Señor y de la Virgen de Matará’ fue fundado en 1988 en San Rafael (Argentina) por el sacerdote Carlos Miguel Buela, que cuatro años antes había constituido la «familia del Verbo Encarnado».